Quizás hoy mas que nunca, con el advenimiento cada vez mas masivo de nuevas tecnologías que despersonalizan y hacen que cada día la interacción humana tenga cada vez menos contacto físico, hace mucho más necesario el acompañamiento con calidez y trato digno de nuestros pacientes.
No hay estado más vulnerable y que genere más ansiedad y estrés que el estado de enfermedad, quizás por el miedo a la muerte; el miedo a la misma enfermedad hace que el acompañamiento de los servicios de salud sean cada vez mas necesarios, estamos llamados como personal de salud a tener un trato digno, a no cosificar al paciente, y no verlo como un cúmulo de patologías que no hacen parte de un ser complejo que siente y connota su enfermedad según su experiencia de vida.
Hoy es necesario que cuando el paciente pase por cualquier servicio de salud, se le explique de forma clara, precisa con un lenguaje adecuado según el nivel psicosocial, tanto su estado como pronóstico, empoderarlo para que haga parte activa de su proceso de recuperación y transición ante un evento de morbilidad.
Un profesional en salud está llamado a ser empático, a identificarse con el problema de sus pacientes, a involucrarse, calidad en salud debe empezar a enfocarse en las necesidades el paciente y la familia. Y para esto debemos preguntarnos ¿Qué es atención médica de alta calidad? ¿cómo entregamos la atención médica a nuestros pacientes?
Según Adrew Altman presidente de la fundación Kaiser; “cuando los pacientes hablan de calidad en la atención médica, se refieren a algo complemente diferente a lo que piensan los expertos. Los pacientes no hablan de cifras, resultados o porcentajes, sino una experiencia humana, íntima y cálida”
Marcela Pezoa G investigadora del departamento de investigación y desarrollo de Santiago de Chile, publico un estudio en 2012 para la superintendencia de salud, donde buscan responder la pregunta ¿Qué elementos de la atención en salud, desde la perspectiva del usuario son los que mas contribuyen a que se sientan satisfechos”
Los pacientes en general se describen en estado de vulnerabilidad con dolor, angustia e inseguridad frente a lo desconocido. Por tanto, un experiencia con los servicios de salud que disminuya el sentido de vulnerabilidad aumenta la satisfacción de los pacientes. Según este estudio los pacientes desean: un trato digno cálido y humano; Un trato con respeto y consideración; Apoyo en lo físico pero también en lo emocional, con grupos multidisciplinarios que no solo se centren e la atención de la patología que afecta lo físico sino también en la aceptación de enfermedad, empoderamiento y en las connotaciones psicológicas que tienen gran efecto en el desenlace en adherencia y el proceso de salud y enfermedad. También quieren recibir información expedita, en un lenguaje claro y directo, sin términos técnicos, que muchas veces no les dicen nada o son incomprensibles.
Todos estos factores influyen en la experiencia del paciente, y son los que en ultimas califican el servicio de salud si fue de calidad o no. Si bien debemos ser los mejores profesionales primero debemos ser buenas personas, debemos tener empatía y preocuparnos no solo por resolver una patología física, sino por tener un equipo multidisciplinario para que la adherencia del paciente y al experiencia sea plena. Pero sobre todo tener un buen trato al saludar y tratar como igual en su humanidad a nuestros pacientes.
